lunes, 20 de julio de 2009

Breve... pero substanciosa...


En días pasados (ayer) tuve la oportunidad, de nueva cuenta de disfrutar, de nueva cuenta una de las exposiciones, más impresionantes y llenas de mociones, sentimientos y pensamientos que se exhiben en e centro de la imagen...
Monterrey, Nuevo León, considerada una de las tres potencias nacionales nos regala en esta exposición una infinita gama de matices cotidianos en la vida de estos artistas, algunos oriundos de esta región, otros en cambio han sido cobijados por esta entidad para ser participes de diferentes muestras alrededor del mundo, otros más son los protagonistas de sus propias obras. Pero todos tienen en común denominador de grandes artistas.






Míradas envueltas en la depresión, la melancolía, la esperanza, la alegría, el entuciasmo, la esperanza...

Al comenzar el recorrido se puede apreciar la vida en aquellos lugares con paisajes cotidianos… Hombres y mujeres retratados por la lente, congelados por el tiempo, sensibles e inhumanos, pero todos parte de este acervo fotográfico, que pronto llegará a su fin.


















Llama la atención las primeras fotografías exhibidas, de una nana con sus niños, se ve reflejada la vida en estos personajes, además retrata el autor la situación difícil que atraviesa nuestra nación, es de alarmarse con la foto de los niños y sus pistolas ¿dónde han quedado esos tiempos de inocencia?...


Diversas son las manifestaciones artísticas aquí presentadas, diferentes ángulos y pensamientos, que inminentemente relata a través del papel fotográfico y que deja en el visitante una grata y bien llevada exposición del norte.

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